martes, 10 de marzo de 2015

Ríete de mí

00:47

"En toda broma siempre hay algo de verdad".
Un comentario que alguien irascible me dijo y me volvió tan irascible como él al humor, en un momento determinado de la vida.

¿Y en qué nos beneficia el humor?

Cuando se habla de ello parece algo innato a nosotros por nuestra cultura, por nuestro código, por nuestra abierta gesticulación y nuestra manera de teatralizar las cosas (en más o menos medida según la provincia en la que estés comiendo).
Pero ¿qué hay de la tristeza bajo el humor, del sarcasmo ante la sinrazón o las deficiencias, del llamado "humor negro? ¿cómo encaja todo esto en un chiste?

Da la impresión de que el humor es común al ser humano, pero más abundante en recursos en ciertos estratos sociales. Es decir, que si tengo que arrastrar al gobierno que me mantiene de los pelos en el aire lo voy a hacer con todo lo que encuentre y la imaginación es lo primero,  por ejemplo. Nada da más alivio a uno mismo que reírse en la cara del estafador sin que el otro se pueda defender o sepa lo que ocurre.

Más o menos lo mismo sucede con el humor hacía sí mismo. Si uno no se ama, no puede amar a otros al completo, se dice. Considero que otro tanto ocurre con el humor: si uno no sabe caerse y reírse, mirarse y ver más dientes que en una película de caballos, ver las utilidades de tener gravedad propia porque se está entrado en carnes o lo absurdo de encabezonarse con algo incoherente afirmando que es cierto "como me llamo...", es que uno no podrá conocer el humor realmente.

Entonces, ¿qué será el humor y de que nos sirve?

Humores, llamaban los médicos a los líquidos del cuerpo que podían ser fluidos o incluso sensaciones desde un punto sanitario actual.
Humor es algo que nos recorre, que nos hace ser humanos, que participa de nuestra existencia, que nos exprime y nos lleva a límites peligrosos y hermosos.
Es tergiversar y ver un realismo mágico; es contar una realidad que es tabú consciente de muchos.
Pero sobretodo es quererse libre, es aclamarse y cantarse. Actuar sin medida y dejar que las sensaciones se nos mezclen y la baba nos caiga en convulsiones.

Es ser feliz y admitir nuestras virtudes y defectos en un micrófono abierto de comunidad.

Y reír.

Feliz día de las risas. Hoy como cualquier otro.

01:08

sábado, 7 de marzo de 2015

Los planetas paralelos

13:34

Ayer mismo me echaba a reír comprobando como el Gobierno de la Ciudad de Valencia había decidido apuntarse un tanto coloreando de otro color ciertos tramos de las lineas de metro, antiguas bifurcaciones, y llamarlas "nuevas líneas". Es decir, es como si cualquiera de nosotros tomáramos el mapa de un tren de metro, pegáramos una pegatina encima y nos adjudicáramos la creación de una nueva linea. Al margen de la practicidad o no de esta operación, se ve que no deja de ser una maniobra chapucera, pre-fiesta regional propia y pre-elecciones municipales. A golpe de papelería cutrona.

Y entonces, caí en la cuenta de la reflexión política de numerosos hogares y en por qué la economía y la política, se convierte en un tema tabú en muchos de ellos o supeditado al poder mayor, en este caso, los padres.

Una familia, no deja de funcionar como un micro-gobierno y la inestabilidad política en él es motivo de secesión y de incomodidad. Pero, aún así ¿no sería preferible escuchar cada opinión individual?

En un sistema como el nuestro y en ciudades como Valencia, las sagas familiares sobre política, futbol y otros, no son nada raras. Todo lo contrario. Con esto no quiero decir que no haya un libre pensamiento, si no que me hace reflexionar a cerca de como el "pater" "mater" en determinados grupos puede influir en sus retoños en ciertas decisiones respectivas a la religión, educación, política...

No considero que estemos en un sistema plano y cerrado donde a los individuos no se les deje pensar en los hogares, simplemente me sorprende la coincidencia, por ejemplo, de que un sistema político como el de Valencia, chapucero, claramente esfatador y descuidado, siga manteniéndose "por tradición". Y así con numerosas otras tradiciones.

Hace un tiempo conocí a una mujer cuyos hijos estaban matriculados en una escuela alternativa, "libre" las llamamos. Libre por permitir desarrollarse al niño y observar quien es, y hacia donde se dirige.
En su familia, una ideología de izquierdas estaba clara, una orientación hacia lo natural y alternativo, también y, sin embargo, su hijo había tomado la decisión de que las meriendas debían estar basadas en productos muy comerciales y capitalizados, y los dibujos televisados dentro del horario del día. Después de un diálogo con él, los padres llegaron a la conclusión de que podrían afectar o influir más o menos en las decisiones del pequeño pero no en su totalidad, y dejaron hacer "su propia política" al pequeño en el domicilio.

Esto, para mi gusto, es un ejemplo de complicidad, de gobierno democrático real, de respecto y de igualdad entre miembros de diferentes edades con diferentes necesidades.

Quien sabe que sistema es mejor o peor. Si es bueno bautizar o no. Si es bueno unos pendientes o no. Si es bueno votar al PP,  al PSOE, a Podemos o a Los Verdes. Quien sabe como influiremos de manera involuntaria en los demás con nuestras palabras, gestos y actos.

Sin embargo, sigo pensando, bajo una real sensación de paz y armonía individual, que el respeto a la opción ajena no debe desaparecer, pase lo que pase. Dejar que el mundo cambie, que las personas y las generaciones evolucionen en su pensamiento y decidan.

Nosotros habitamos este suelo, pero llega un momento en la vida de cada uno en el que se da cuenta de que la mitad le pertenece a él y la otra mitad a quienes están por llegar.

Séneca decía: "para ser feliz hay que vivir en guerra con las propias pasiones y en paz con las de los demás".

13:54 (Uno de menos )

martes, 3 de marzo de 2015

Sin tí contigo de nuevo

18:38

Para comenzar, el título de esta entrada se lo debo a un gran escritor dramaturgo y poeta, llamado Alfonso Vallejo que, en su gran trayectoria profesional, ha conseguido enganchar con sus palabras a mí y a cuantos hayan pasado con atención por sus páginas. En concreto, pertenece a uno de sus libros llamado "Eternamente a cada instante".

Y citando una parte del poema, digo así:

"Ahora que por si no ya desde luego
simplemente una pista
recuerdos de la humedad del sexo
un rastro tuyo más de olor sin
otra fractura más desde luego cuanto
menos
por fin
en medio de tanto caos
sin ti contigo de nuevo."

Hoy comencé el día teniendo una serie de conversaciones con amigas que me hicieron reflexionar sobre los fantasmas pasados y futuros dentro de las relaciones emocionales.
Y lo complejo no es pasar página o remover entre ellas, o recuperarse de sí mismo. Parece que lo más complicado, realmente, es eliminar de nosotros mismos quienes fuimos para otros, quienes somos ahora y porque nada es comparable.

Por mucho que nos cansemos de decirnos y de oír "nunca será lo mismo" o "la situación no es la misma", nuestra experiencia animal, nuestro instinto, lógicamente nos lleva a pensar que algunas piedras son de evitar por el camino porque parecen el mismo canto rodado con el que llevábamos tropezando "X" tiempo, y puede que sea así. Pero lo absurdo comienza cuando no sólo no es así, si no que nos dedicamos a proyectar en multicolor los miedos pasados en momentos presentes y futuros.

Creo firmemente que, en ese momento, tendríamos que dejar a Casper en su mansión y observar cuales son nuestras necesidades actuales y las del otro, y dedicar menos tiempo a poner una careta recortada sobre nuestras nuevas parejas emocionales. Caretas de otros, miedos de otros, cosas propias que no tiene porque vadear nadie por mucho, muchísimo que nos ame y nos respete.

También, de igual modo, darnos cuenta de si una situación o persona nos está agradando por familiar y vivida con otro o de verdad por su esencia, y hasta que punto es o no peligrosa esa asociación de ideas y lo que puede conllevar. Si estamos o no preparados para romper con la estructura de ese castillo de naipes previo, sin pena ni gloria.

Porque cuando todo pasa, cuando uno no siente esa madeja de hilos apretándole la garganta, se convierte en bufanda. Y nos da calor. Y nos reconforta. Y nos deja vivir en libertad.

(Con todo el cariño para todos los que están en ese momento tan complicado. Mucho ánimo y buena energía. Y en concreto a tí, mujer fuerte a la que amo como a mí misma o más.)

18:59