martes, 3 de marzo de 2015

Sin tí contigo de nuevo

18:38

Para comenzar, el título de esta entrada se lo debo a un gran escritor dramaturgo y poeta, llamado Alfonso Vallejo que, en su gran trayectoria profesional, ha conseguido enganchar con sus palabras a mí y a cuantos hayan pasado con atención por sus páginas. En concreto, pertenece a uno de sus libros llamado "Eternamente a cada instante".

Y citando una parte del poema, digo así:

"Ahora que por si no ya desde luego
simplemente una pista
recuerdos de la humedad del sexo
un rastro tuyo más de olor sin
otra fractura más desde luego cuanto
menos
por fin
en medio de tanto caos
sin ti contigo de nuevo."

Hoy comencé el día teniendo una serie de conversaciones con amigas que me hicieron reflexionar sobre los fantasmas pasados y futuros dentro de las relaciones emocionales.
Y lo complejo no es pasar página o remover entre ellas, o recuperarse de sí mismo. Parece que lo más complicado, realmente, es eliminar de nosotros mismos quienes fuimos para otros, quienes somos ahora y porque nada es comparable.

Por mucho que nos cansemos de decirnos y de oír "nunca será lo mismo" o "la situación no es la misma", nuestra experiencia animal, nuestro instinto, lógicamente nos lleva a pensar que algunas piedras son de evitar por el camino porque parecen el mismo canto rodado con el que llevábamos tropezando "X" tiempo, y puede que sea así. Pero lo absurdo comienza cuando no sólo no es así, si no que nos dedicamos a proyectar en multicolor los miedos pasados en momentos presentes y futuros.

Creo firmemente que, en ese momento, tendríamos que dejar a Casper en su mansión y observar cuales son nuestras necesidades actuales y las del otro, y dedicar menos tiempo a poner una careta recortada sobre nuestras nuevas parejas emocionales. Caretas de otros, miedos de otros, cosas propias que no tiene porque vadear nadie por mucho, muchísimo que nos ame y nos respete.

También, de igual modo, darnos cuenta de si una situación o persona nos está agradando por familiar y vivida con otro o de verdad por su esencia, y hasta que punto es o no peligrosa esa asociación de ideas y lo que puede conllevar. Si estamos o no preparados para romper con la estructura de ese castillo de naipes previo, sin pena ni gloria.

Porque cuando todo pasa, cuando uno no siente esa madeja de hilos apretándole la garganta, se convierte en bufanda. Y nos da calor. Y nos reconforta. Y nos deja vivir en libertad.

(Con todo el cariño para todos los que están en ese momento tan complicado. Mucho ánimo y buena energía. Y en concreto a tí, mujer fuerte a la que amo como a mí misma o más.)

18:59

No hay comentarios:

Publicar un comentario