jueves, 29 de enero de 2015

Llámate Meiga

00:58

La intuición. La prostituta de las intenciones intencionadas del hombre.
El futuro punki de los anquilosados en una realidad no tan deseable.
La enfermedad que nos recorre hasta hacernos plantearnos "¿qué ocurre?"

Probemos por cuantos años queremos callar nuestro sentido del magnetismo, de rodearnos de cuanto vemos y conectar con el espacio-tiempo. ¿Cuántas personas conocemos que a los muchos años (no por edad si no por el grado de vejez que sienten en sí) dicen: me encantaría haber sido, haber hecho, haber intentado... o todo lo contrario, o en contra de?

Es como comprar un reloj sumergible y no meterlo al agua por miedo a que se rompa. Somos células permeables con lo que constituye nuestro entorno, simplemente por formar parte  del mismo inicio científico  o creerlo así ("creer es poder", dicen algunos), y sirva para lo que sirva, el  caso es que podemos  sentir si algo conecta o no conecta.

Y si no conecta ¿cuánto se ha de esperar?. Si la razón entra en conflicto continuo con la intuición y no con el corazón ¿podría venir un dibujante a meterlo entre unas viñetas para darle algún tipo de secuencia futura o un desenlace?

Si la intuición es una parte de nosotros desarrollable, tal como el cálculo matemático, la sintaxis, la comprensión verbal y no verbal, el sarcasmo, la imagen, ¿por qué no estudiar sobre su desarrollo para fines positivos?

Uno sabe cuando lucha contra lo que no debe, pese a que lo haga por motivos muy dignos o mucho menos dignos (allá va la teoría de los puntos de vista) y, sin embargo, seguimos dándonos cuenta de que algo no va bien o algo, contra todo pronóstico, va muy bien.

Si nunca has sentido la felicidad verdadera, pero sabes que te falta algo cuando no la sientes y sí la reconoces en el resto de individuos cercanos (cámbiese felicidad por X a elegir por cada cual) ¿sabes lo que ocurre? que se siente una gran tristeza o una gran X por lo que no conocemos, al menos de modo consciente, pero nuestra intuición dice que está ahí.

La búsqueda puede ser algo agotador, pero merece la pena dormir con tranquilidad.



Sit vis nobiscum. (Que la fuerza te acompañe)

01:15 ( y 4 minutos de reflexión silenciosa)


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