viernes, 23 de enero de 2015

Polipersona multifacética

16:28

Echando la vista atrás, más o menos cuando uno empieza a recibir el tercer grado de preguntas del tipo "¿y tú que quieres ser de mayor?", son pocos los que pueden decir "lo hice, sabía desde entonces que era mi camino, y lo hice". Igual suena muy Hollywoodiense el pensar en alcanzar ciertas metas de una manera tan lineal y organizada en la vida, pero lo cierto es que a más de uno y a más de dos nos queda la huella del fracaso por no haber cumplido los Grandes (así con G bien resultona) objetivos para los que estábamos supuestamente destinados.

Otra cosa a tener en cuenta es que cuando uno va creciendo, crece con él la cantidad de variables a tener en cuenta para lograr según que objetivos, y ya no depende de que la Barbie lleve un vestido de papel o de tela, o de que se haga tarde para hacer los deberes por estar distraído con los amigos jugando, si no que entran en juego otra serie de cosas ligadas a la sociedad "de los mayores" que nos van poniendo trabas que, mientras éramos pequeñas personas, no teníamos en cuenta para formar nuestra identidad.

Sea como sea, el caso es que algunos variamos de camino, y otros pueden poner la bandera de EEUU en su cuarto, sacar el dedo al mundo por la ventana y poner un cartel que diga "¿Os lo dije o no os lo dije?"

Sin embargo, a mí siempre me queda una segunda duda, que no tiene que ver con todo lo anterior, y que, de camino a la treintena, he decidido ponerla encima de una mesa y preguntarme acerca de ello: las personas polifacéticas.

El ser polifacético (además de quedar estupendamente entre las habilidades de nuestros CV), tiene una pinta muy agradable y perfumada, y otra despintada y peyorativa.

Es decir, el ser (como individuo) polifacético, puede ser aquella persona que con dotes o no para todo aquello que le recorre las conexiones neuronales o se le ocurre por las mañanas, mientras se mira al espejo trastornado puro, siente una necesidad de seguir varios caminos de vida, de hacer muchas cosas diversas (a veces incompatibles en tiempo, lugar y presupuesto) y las intenta poner en práctica.

Hasta aquí, todo bien. ¿Pero qué ocurre cuando la polifacética personalidad de uno le da la apariencia de inconstante o él mismo es incapaz de centrarse?

Además de todo el batallón de excusas que nos ponemos para terminar o no terminar muchos de nuestros propósitos (hace poco escuche "¡¿pues de que se van a alimentar los gimnasios?! ¡de los que se matriculan y luego no van!"), creo que hay un grupo importante de gente que busca recursos aquí y allá, por los motivos que sean que muevan su compleja vida, y se convierten en personas que están en movimiento cerebral constante y con una vida la mar de ajetreada.

Ahora bien, ¿qué pasa con la frustración cuando se llevan a cabo tantas cosas y muchas de ellas quedan sin finalizar?
A ver si me explico... Si uno empieza un puzzle de 100 piezas, se puede frustrar si por el camino lo abandona y se dedica al Tangram, deshaciendo así todas sus promesas personales. ¿Pero y si la propuesta de uno tiene que ver con empezar 4 puzzles de 25 piezas? ¿Debería frustrarse por decidir no terminarlos todos?

Después de darle vueltas y vueltas (mareos, yoga y música de por medio, para conectar con el Chi o que venga cualquier deidad y me explique en que consiste la especie humana), yo he llegado a una conclusión, como siempre digo, personal: si bien ser polifacético tiene una desventaja clara a la hora de focalizarse en un objetivo a terminar, creo que tiene la ventaja del aventurero, de seguir queriendo experimentar, de no llegar "al fin de nuestros días" (voz en off apocalíptica) con la sensación de no haber intentado saber si el camino era por ahí.
Incluso puede responder a la necesidad de no creer que hay un sólo camino, una ruta, un sendero de baldosas amarillas, si no que uno no es uno, si no se ve así mismo reflejado en todos aquellos caminos y camina entre universos paralelos, configurando así todas las caras de su cubo de Rubick individual.

Así que, aunque haga falta mucho esfuerzo y ánimo para llevar a cabo muchas de nuestras locas ideas de pez, les deseo una gran sonrisa desde varias perspectivas para todos aquellos que han decidido que el camino lo componen como quieran.

Y arriba las navajas suizas.

16:49

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