lunes, 16 de febrero de 2015

El fin de la raza metálica

01:37

Sabía que en otra vida habíamos sido muchos, y caminaban eternamente nuestros cuellos persiguiendo las idas y venidas de un brillo que nunca se apagaba, como un día de luz eterno. Libres, sin ataduras.

Cada día nos alimentábamos con el oxígeno y las pequeñas partículas de sales que nos dejaban absorber en nuestros "despachos" reticulares, supuestamente repletos de los hummus de las mejores calidades y, aunque no fuese así y pisáramos henna empobrecida, no nos quedaba otra: el gasto de oxígeno que tendríamos que hacer para huir a la distancia necesaria, nos causaría la muerte.

Cuentan las leyendas que un día cooperábamos de algún modo con los humanos aunque dentro de la misma sociedad caníbal, pero de una manera controlada. Mis abuelos decían que nuestra familia siempre ha tenido un alto poder social y nunca eran roídos por completo y a los humanos tan sólo les interesaba robar un poco de su semen y comerlo en algún tipo de ritual tan asqueroso como ruidoso. Y aún así, tenemos que dar gracias que no pertenecemos a ningún pueblo cercano, más aromático, más "sabroso" como decían, que acababa metido en aquellos recipientes metálicos donde los veíamos babear y calentar a algunos de nuestros más cercanos.

Durante generaciones y generaciones, los humanos fueron especializándose, pero nosotros también. Y así fue como surgió el primero de nuestros antepasados quien, escapando de sus propias raíces, dio el primer paso hacia otra vida. Y comenzamos a caminar.

Por ahora, no podemos hacer demasiado: nos desplazamos ligeramente, trabajamos en sus fábricas, movemos algunas de sus viviendas. Sin embargo, muy pronto, daremos a conocer nuestro verdadero poder.

Después de invadirnos, masacrar muchas de nuestras especies, arrebatarnos la libertad, han comenzado a alardear de que controlan la luz de nuestra estrella. Que le habían dado un "precio" como así llaman al valor que tiene para ellos las cosas que no deberían tenerlo.
¿Cómo el sol que broncea a todas nuestras especies puede medirse en metal fundido? ¿Cómo puede alguien apoderarse de lo que no es capaz de abarcar ni entender?

Es la hora de demostrar nuestro verdadero poder. La hora de obligarles a ser hermanos o perecer en el intento. Gaia está preparando las armas. Empieza la lucha por nuestro dios Sol.

02:02 (4 de plus)




No hay comentarios:

Publicar un comentario