domingo, 1 de febrero de 2015

Cámbiame el windows, por favor.

04:09

¿Qué ocurriría si tuviéramos la oportunidad de reiniciar?

Demasiadas personas, en demasiadas ocasiones, se dicen a sí mismos que de hacer nacido de nuevo harían las cosas de otro modo, pero ¿hasta que punto es una reflexión real?
Pienso que quizá esto responde a no sentirse cómodo con uno mismo y con quien es, pero ¿si uno no conoce de sí nada más que él mismo, cómo estar seguro de que ser otra persona se le iba a dar mejor o peor?

Pertenecemos a unas generaciones que entraron en una dinámica de usar y tirar, de estropeado es fuera, de lento es cambio. Si tenemos una vieja estufa, no la arreglamos, la tiramos y compramos una nueva. Si tenemos un montón de folios medio ajados por en medio, no los reutilizamos, los tiramos. Si tenemos un teléfono cambiamos toda su configuración y hasta su sistema operativo. Si tenemos una pareja y no está bien meditado el estar juntos, fuera y a otra cosa.
Y, aunque sea una manera de hacer que parece que va cambiando, hemos vivido mucho tiempo con esta sensación como para decir que estamos fuera de ese círculo de pañuelo manchado.

Esto tiene una ventaja ineludible: el poder elegir y no verse encasillado en tener o ser algo que no queremos. Pero, ¿entonces por qué ese sentimiento de no querer ser nosotros mismos?

Quizá responda a que, en nuestro afán por entender lo que tenemos o hacemos como si la tienda de "chinos" fuera a abastecer todas nuestras necesidades totales, hemos olvidado que hay cosas que han de ser cuidadas y reparadas. Y entre esas cosas, estamos nosotros.

Es impresionante que para poder conseguir cosas materiales invirtamos una gran parte del tiempo y esfuerzo que deberíamos dedicar a cuestionarnos qué nos ocurre y qué debemos hacer para cambiar la insatisfacción. O no tengamos minutos para darnos una palmadita en la espalda, sentir que lo hacemos bien y reflexionar sobre ello.

Si pudiéramos reiniciarnos con otra "rom", sin duda creo que habrían inventado la manera de hacerlo (la película "olvídate de mí" se queda cerca de la idea).

Puede ser que aceptarnos y relajarnos sea la mejor solución.

Y recuperar esa costumbre de volver a llegar a la cama y analizar con calma el día antes de cerrar los ojos y dormir profundamente.

04:28 (el cansancio ganó a los minutos)

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