viernes, 6 de febrero de 2015

Paracetamol natural

03:51

Cuando éramos niños, podíamos jugar con la naturaleza de manera inconsciente y sin darnos cuenta de la trayectoria y resistencia estoica que había llevado a todo el mundo verde a ser como era. Ahora que somos pequeños grandes o adultos, o personas crecidas, nos hemos olvidado de contar aros y levantar "costras due árbol".

Creemos que nuestra única relación con el reino vivo de este planeta, es meramente animal pero, ¿qué ocurriría si descubrimos que tenemos mucho en común con los vegetales?
Si bien, contando los anillos de un árbol sólo podemos saber su edad y poco más, si que se observa en ellos, si ha tenido más o menos agua, más o menos nutrientes, más o menos vida, en definitiva. ¿No es lo mismo que nuestro cuerpo y sus marcas externas e internas?

A lo que venía rodeando hoy, es a la idea de cuerpo como programa complejo lleno de visicitudes y similar(por motivos de adaptación) con todo ser vivo real. ¿Y qué nos une a todos?  Un virus.

Nuestro cuerpo, sin nuestro permiso, tiene la asombrosa capacidad de sintomatizar y generar motivos de preocupación, a nivel físico, de cosas psicológicas, por ejemplo.

Cuando tratamos de hacernos fuertes o débiles ante una situación determinada, nos aparecen "señas" que evitamos ver: catarros, cicatrices, infecciones, dolores estomacales.
No pretendo decir esto con el fin de que nuestros días se conviertan en una caza de brujas y a cada paso que nos ocurra algo de excepcional en la salud le busquemos un hilo psicológico, pero sí que pensemos en que muchos motivos pueden participar perfectamente, y no sólo el frío, el calor, la lluvia o la gripe.
Además de nuestra intuición, hemos desarrollado todo un extenso sentido programado de manera ancestral, en la que nuestro cuerpo frena en base a como nuestra psique necesita hacerlo frenar o necesita hacerlo avanzar.

Parar un momento, cerrar los ojos y escuchar nuestra música interior.

Nunca estamos en silencio.

Si la partitura se rompe, fallan las patas de la guitarra y se tuercen las teclas, será hora del cambio, de reiniciar, de reinventarse. Detrás de las heridas que se ven, hay todo un imperio de marcas que no se dejan ver ni lo harán y, es ahí, donde debemos tratar de cambiar.

Sintonizarnos  y volver a sanar.

04:11

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