miércoles, 4 de febrero de 2015

Hexagrama humano

3:15

La linea transparente. La que hace que terminemos en un lugar o en otro. Bajo la sombra de un pino o de un sauce. Bajo una relación u otra.

A veces jugamos con la idea de "los mismos puntos de locura" para definir porque varios individuos se reúnen y comparten algo, como si la "locura" dejara de ser algo peyorativo para ser algo deseable y divertido, jugando al poker con nuestra manera de conectar.

La línea divisoria que separa tomar una decisión de otra, encaminarse en una vida u otra, poner un pié delante de otro o caer resbalando en un charco en una calle.
La casualidad como razón incomprensible que puede ser el motivo real del que penda nuestra cabeza. O somos peones en un juego titánico. O poniendo una ramita de hierba cerca del hogar se atrae según que deseables riquezas.
Todo ayudas más o menos sensatas (depende del ojo del que mire), para dar explicación al hilo conductor de finísimo acetato que conecta a situaciones con individuos sin que ni estos mismos tengan tiempo de reaccionar. Es como una marioneta con mecanismo libre, atada a hilos que se atoran en diferentes esquinas de su propio escenario, pero que nadie las maneja y son sólo puntos de vida luchando por organizar sus cuerdas de la mejor manera que es es posible, sin saber aún de cuantos hilos se compone su existencia.

La delgada linea incolora que separa lo bueno de lo malo y para quien. El ser en contacto a otros. Donde se divide que es ser "bueno" o "malo" y con respecto a que criterio.

La ínfima línea de la edad, que divide a los seres en "grandes personas" (adultos) y "pequeñas personas" (niños), que tratan de difuminar o acrecentar la barrera que existe y los separa aunque ni siquiera puedan llegar a tocarla.

La anoréxica línea de las ondas, que separa un tono de voz de otro, un susurro de una palabra, una habladuría de un comentario válido, una  cadencia de una montaña pianística, una caricia de las olas bravas de Portugal.

La inexistente línea de todos, la que nos dice si tenemos frío o calor, si nos humedecemos o nos secamos, si nos alteramos o nos calmamos, si tenemos miedo o somos valientes.

Las líneas que marcan un cuaderno, interno, único y global.

Que a veces escribimos con buena letra y en otras, deberíamos volver a los "rubio".  Y, pese a todo, intentar escribir un bonito texto entre todos.

3:32 (deuda de 4)

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